Maquillaje de día vs. Maquillaje de noche: Diferencias clave para un look perfecto

Maquillarte correctamente no es sólo escoger los productos que mejor combinan con tu tono de piel u ojos ni tener un buen pulso para hacerte la línea del ojo. También es saber adecuarlo a las diferentes situaciones para no cometer errores imperdonables.

Y es que no es lo mismo un maquillaje de día, mucho más discreto y neutro, que uno de noche, en el que los límites son definitivamente más laxos y donde prácticamente todo está permitido.

Si quieres acertar siempre, presta atención a las características de cada uno.

Puntos clave del maquillaje de día

Una de las principales cuestiones para diferenciar ambos tipos de maquillaje es la luz solar; mientras que en el maquillaje de noche es necesario destacar los colores para compensar la oscuridad, en el de día es todo lo contrario: el objetivo es conseguir una apariencia de frescura y naturalidad.

Para conseguirlo, no podemos olvidar:

• Aplicar un protector solar o una crema hidratante que incluya SPF para mantener la piel del rostro bien hidratada y hacer que el maquillaje permanezca perfecto durante todo el día.

• Utilizar una base de maquillaje similar a nuestro tono de piel, procurando evitar que sea de un tono superior para que no se vea artificial.

• Evitar las pestañas postizas y los delineadores muy oscuros, ya que recargan demasiado la mirada. En vez de eso, es mejor apostar por sombras de ojos suaves con algo de brillo y completarlo con rímel negro para obtener unas pestañas largas y con volumen.

• Los tonos que mejor funcionan para obtener un aspecto ligero y saludable son los rosados, nude o melocotón, que se fusionan perfectamente con la piel para lograr un resultado natural y elegante, y pueden ser utilizados tanto en párpados, pómulos como en labios.

• Para marcar las facciones, en vez de usar los habituales correctores del contouring, es preferible hacerlo más suavemente con un iluminador.

Imprescindibles para un maquillaje de noche perfecto

A diferencia del maquillaje de día, con el de noche el abanico de posibilidades es mucho más amplio.

Si no queremos que nuestro rostro se diluya entre la oscuridad es importante seguir estas recomendaciones:

• Lo primero de todo, la piel tiene que verse igual de natural que durante el día, por lo que la base que utilicemos, aunque sea de larga duración, no debe generar “efecto cartón”, siendo preferiblemente de textura fluida.

• Utiliza tonalidades vistosas con las que iluminar los párpados, especialmente aquellas que aporten destellos a tu mirada como los metalizados, plateados, violetas y un largo etcétera.

• Haz que tu mirada sea más profunda con la técnica del delineado de ojos y, ahora sí, puedes añadir pestañas postizas como recurso extra de belleza.

• Olvídate de la famosa (y anticuada) regla que dice que si potencias los ojos debes moderar el color de los labios y viceversa. Ambos pueden destacar sin rivalizar con el otro.

• Sírvete del truco del contorneado facial para enfatizar visualmente los pómulos y redefinir tu rostro, consiguiendo puntos de brillo para atraer la atención.