El frío es uno de los grandes enemigos del cabello. Muchas veces tendemos a pensar que el calor es el que más le afecta, pero el frío del invierno produce la deshidratación de la fibra capilar, debilitando el cabello y haciéndolo más proclive a la rotura, además, reseca el cuero cabelludo, causando irritación y aumentando las posibilidades de sufrir caspa y, por si no fuera suficiente, produce más encrespamiento.
Cómo evitar el frizz en invierno
La línea Gloss Absolu de Kérastase Paris llega para transformar el cabello apagado y encrespado en una melena radiante, suave y con brillo. Gracias a su fórmula con ácido hialurónico, ácido glicólico y aceite de rosa silvestre, hidrata, alisa y realza el reflejo natural del cabello desde el primer uso. Estos son los productos más destacados:

-Bain Hydra-Glaze: champú hidratante e iluminador que limpia suavemente y reduce el frizz.
–Anti-Frizz Glaze Milk: spray sin enjuague que protege del calor y la humedad, aportando suavidad y control.
-Le Parfum: toque final con una fragancia floral y elegante que deja el cabello perfumado y fresco.
-Glaze Drops: sérum concentrado que sella las puntas y potencia el brillo espejo.
El resultado que consigues con estos productos es un cabello tres veces más brillante, con menos frizz, hidratado y con un acabado profesional.
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Para frenar todos estos trastornos o hacer que nos afecten lo menos posible, estos consejos son de gran utilidad:
Mantener el pelo hidratado
Una buena hidratación capilar lo es todo. Si protegemos el cabello del frío y lo nutrimos a diario, conseguiremos sellar su cutícula y mantener su humedad para que no se seque y se encrespe.
Entre los productos que ayudan a hidratar el cabello podemos encontrar:
- champús nutritivos, elaborados con ingredientes hidratantes que son capaces de reparar el cabello seco o dañado como los aceites de coco, oliva o argán, la manteca de karité o la betaína;
- sérums capilares, compuestos por aceites esenciales vegetales, vitaminas y proteínas como el colágeno o la queratina;
- mascarillas hidratantes, de aplicación semanal de medios a puntas, que ayudan a reparar las puntas abiertas y devolver al cabello brillo y suavidad.
Enjuagar el cabello con agua fría
Ya sabemos que en invierno hace frío y lo que más nos apetece es una ducha bien caliente, pero el calor extremo abre la cutícula y hace que el pelo sea más frágil y con mayor predisposición hacia la rotura, si bien esta apertura permite que penetren mejor los principios activos del champú hidratante.
Para beneficiarnos de esto último sin perjudicar el cabello, una buena opción es lavar el pelo con agua tibia o caliente, pero sin exceder la temperatura, y luego aclararlo con agua fría. De este modo, se cerrará la cutícula, sellando los nutrientes en su interior.
Secar el cabello con una toalla de microfibra
El algodón o la microfibra son fibras que tienen una gran capacidad para absorber la humedad, además son más suaves y delicadas con el cabello que las tradicionales de felpa o rizo, cuyo roce genera electricidad estática, promoviendo el temido frizz.
Otro punto importante sobre cómo evitar el frizz en invierno, además del material de la toalla, es la técnica: en vez de frotar fuertemente el cabello para secarlo rápidamente, es mejor hacerlo de forma delicada, presionando poco a poco.
Limitar el uso de herramientas de calor
Resecan el cabello y estropean la fibra capilar, provocando que el pelo se vuelva más frágil y se rompa. Si no podemos dejar de usarlas, al menos conviene que utilicemos siempre antes un protector térmico y tratemos de usar una temperatura más baja, espaciando la frecuencia de uso de planchas, tenacillas y secadores.
Dormir con un gorro de seda
Puede parecer un poco extraño, pero envolver el cabello en un gorro de seda o satén para dormir evita la fricción con la almohada, que el pelo se encrespe y mantiene su humedad.